Intimacy: Silky as the night

Su pañuelo era negro y sedoso. Por eso nunca dejaba marcas.
Su obsesión era insana (aunque se dice que todas las obsesiones lo son). Bueno, lo importante es que se levantaba pensando en ello, no comía, vivía únicamente para llegar a casa, poner la tele, colgar el pañuelo del pomo de la puerta, desabrocharse los pantalones (o subirse la falda), sentarse en el suelo, tocarse una y otra, y otra vez con el telediario puesto, retardar el orgasmo (justo cuando estaba a punto, retiraba la mano unos segundos... y a volver a empezar). Hacía todo eso hasta que no podía más, hasta que el culo le resbalaba contra las frías baldosas. En ese momento, cuando su dedo era brillante y se escapaba del sitio exacto, entonces, metía el cuello por el pañuelo anudado y se dejaba caer.
Después cenaba y veía una película de los Monty Python.