Acabo de recordar el otoño pasado. Las hojas secas y crujientes en la puerta de casa. Pienso en cuando llueve y en cómo hago el camino desde el autobús hasta el porche corriendo. El olor a lodo y el sabor a humedad. El frío que se cuela hasta los huesos por la ropa mojada. Las noches eternas.
(Y el papel en que estaba todo esto escrito acaba de desaparecer.)
7.24.2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario