5.26.2009

Doubt

Ante la duda, decidí callarme. Me propuse un pacto de silencio, eligiendo la quietud ante la tempestad, aunque ese ambiente fuese el de nubarrones cargados, el de la humedad que te traspasa los huesos.
Ante la duda, la miré a los ojos, creyendo que no sería capaz de mentirme a la cara. Sus ojos avellana no se inmutaron. Permanecieron muy fijos, clavándome un clavo y otro, y otro y otro más hasta que el silencio quedó desgarrado por un grito. "¿Por qué me mientes?".
Entonces fue ella quien se sumergió en la quietud que queda tras una tormenta eléctrica, sabiendo que no sería la última, sabiendo que, probablemente, volvería a clavarme a su cruz.
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