Hoy estaba sentada entre un tumulto de gente. Estaba en una sala abarrotada, llena de pequeños individuos sumidos en un mar de letras y de subrayadores fosforitos. Hoy estaba sentada, leyendo, cuando alcé la vista. En la ventana se abría un cielo azul, adornado con ramas de árboles que se alzaban muy alto. Pestañée a cámara lenta. Sentí cómo el aire me llenaba suavemente los pulmones. Noté la sangre bombeándose en mi corazón. Me invadió una sensación de fiebre, un calor muy intenso que me abrasaba las venas.
Y entonces, súbitamente, caí al suelo.
6.05.2009
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