"No sé qué decir", dijo él, asustado. Sólo había un par de gatos callejeros merodeando por ahí, frotándose contra los cubetos de basura.
"Realmente no sé qué decir..."
La noche se hacía cada vez más oscura y densa, y él tenía un nudo en la garganta.
"De veras... no sé qué decir"
¿Qué haría Mark Chapman en mi lugar? ¿Y John Wilkes Booth? ¿Y qué pasa con Charles Manson?
"Estoy nervioso...no sé qué decir"
El cañón le acarició la sien, la frente, la nariz, los labios... Y él con su lengua le devolvió la caricia.
"No digas nada"
Bang.
4.25.2006
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1 comentario:
Me ha gustado.
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