Era sólo un niño cuando le conocí. Jugaba a la videoconsola todo el día y tenía su habitación llena de trofeos de fútbol. El libro más largo que había leído era un cómic de Mortadelo y Filemón. Y nos conocimos cuando tuve que cuidarle una noche.
Sus padres no dudaron en contratarme como canguro gracias a mis referencias y al verano como au-pair que pasé en Glasgow.
Así que el trabajo era fácil: ayudarle a hacer los deberes, que se bañase, darle la cena y acostarle.
Cuando llegué, su padre me abrió y me pareció un hombre muy atractivo, aunque estaría mejor si se afeitase. Me acompañó al salón, donde me senté, y me ofreció un refresco. Su madre no tardó en aparecer, guapísima. Estando ya los dos juntos, me explicaron por encima dónde estaba todo y me dieron un par de números a los que llamar en caso de emergencia.
Una vez se habían marchado, eché un vistazo por la casa. Y le encontré. Estaba sentado en un puf en el suelo de la habitación, jugando a matar en un videojuego.
-Hola Dani
-Hola. ¿Tú eres la canguro?
-Sí...
Nunca pensé que un niño de 11 años fuese a intimidarme tanto.
-Me han dicho tus padres que tienes deberes.
-Ya los he hecho.- Mentía - ¿Quieres jugar conmigo? Este juego mola mazo.
Así que, desobedeciendo a sus padres, olvidamos los deberes y nos pusimos a jugar. No podía evitar mirarle de reojo. Sus ojos marrones estaban fijos en la pantalla. Pestañas larguísimas. Nariz respingona. Labios carnosos que se mordía cada vez que veía a un enemigo. Repasé todas sus facciones hasta que las tuve memorizadas.
Después de un par de horas, desperté y le obligué a apagarlo. Era hora de bañarse.
Me enseñó cómo funcionaba aquella bañera último modelo.
Y entonces lo hizo. Se desnudó.
Roja como un tomate, intenté comportarme de la manera más natural del mundo. Pero, obviamente, no sabía qué hacer. Él se metió en la bañera poco a poco.
-Dani, voy a ir haciendo la cena mientras te bañas, ¿vale?
-Vale - Silencio -Hazme un sándwich de pollo con mayonesa, porfa.
Salí acalorada de allí. Todo ese vapor me había mareado un poco.
En la cocina preparé el mejor sándwich de pollo de mi vida. Puse la mesa y me senté. El tiempo pasaba muy despacio y Dani no aparecía. Decidí ir al baño a buscarle. Cuando entré, allí estaba, desnudo, de pie, mirándose al espejo. Sobresaltado, se dio la vuelta.
-¡Jopé, qué susto!
-Ay, perdona... Es que como tardabas tanto, pues, me preocupé.
-Tráeme el pijama, porfa... Está debajo de mi almohada.
Le llevé el pijama al baño (no sin antes oler durante un minuto su almohadón)
Lo peor llegó cuando me pidió que le ayudase a ponérselo. Y le rocé los brazos, las piernas, su cuerpecito delgado y blanquecino. Tenía los pies más preciosos que había visto jamás y era tan suave...
Más tarde, en la cena, me felicitó por el sándwich (¡me hizo tanta ilusión!) y me llamó “maldita universitaria anoréxica” por cenar una ensalada. Me contó que su prima era anoréxica y también me contó cosas del cole.
Después de cenar, me ayudó a poner los platos en el lavavajillas y estuvimos un rato viendo la tele. Sorprendentemente se tumbó en mi regazo. Y yo temblé. Creo que hasta tartamudeé cuando le dije que nos lavásemos los dientes.
-¿Eso es que quieres llevarme a la cama?
Con los dientes limpios, le arropé.
-Quédate conmigo hasta que me duerma.
Pero no le hice caso. Me quedé mucho más. Y salí de la habitación cuando sonaron las llaves de sus padres.
Me pagaron y me fui.
Y, desde entonces, todos los chicos a los que quiero llevar a la cama, tienen su cara y se muerden el labio.
Pero nunca me quedo hasta que se duermen.
7.23.2006
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7 comentarios:
¡Bravo, la autora!
ya no sé que decir además de felicitaciones cada vez que te leo, creo ue simplemente pondré el link en mi blo, eres definitivamente mi favorita.
Muy bueno. Lo mejor que te he leído.
Saludos.
Es increíble como se puede contar una historia de tal manera que algo que podría parecer enfermizo y depravado, se convierte en dulce, delicado y bonito. Mi enhorabuena.
Es tremendo, es genial, me ha encantado, sin palabras, sublime...genial...eres una artista ;)
Besos
Pedofilos finos. Todos.
Desde luego Cecilia...lo estas consiguiendo...enhorabuena y sigue así.
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