Eres perfecto. Yo soy perfecta. Todo es perfecto.
Conoces esa faceta de mí que odias. Yo odio que la odies. Tú odias que lo trate con tanta ligereza.
Te cansas de esa faceta. Me canso. ¿De qué te cansas? Me canso de ti.
Conocimiento de otras personas.
Ruptura.
Arrepentimiento.
Uno de los dos se echa pareja.
El otro se queda un tiempo jodido.
Y la historia se repite y se repite y se repite.
Y yo no puedo evitar que esa faceta la odiéis todos. Joder.
10.01.2006
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13 comentarios:
cambiar no tiene por qué ser malo. En mi opinión la clave está en el por qué lo haces. Nadie es perfecto pero todos podemos mejorar con el tiempo, las circunstancias y las vivencias. Cambiar no significa renunciar a ser tú mismo. En mi humilde opinión o en mi "visión utópica" del ser humano. Como desees.
No es necesariamente cierto.
Y lo de eleanor creo que pertenece a la guía de conducta de personas egocéntricas. ¿Acaso nunca nos equivocamos? Si ahora va a resultar que todos los cambios son negativos...
el echo de no cambiar es el riesgo a ser bulnerable cuando no se tiene opinion eso se detecta
Bah. Pamplinas todas.
Yo no soy Vulnerable por una persona. Soy vulnerable porque quizás tengo que cambiar. Pero no cambio por la persona. Cambio porque necesito ese giro en mi vida.
Y puede que sea egocéntrica, pero yo nunca he cambiado con mis parejas. Y he sido yo la que se ha cansado de ellos.
Mierda.
Mi madre decía que lo bueno de la vida es que puedes elegir entre la misma mierda todos los días o una mierda distinta cada día.
Cuestión de gustos.
Nunca entendí el título de tu blog. Y eso que miré los posts del principio. ¿Tiene sentido?
Bueno. El sentido es que me llamo Cecilia Lisbon, la mejor (a mi entender) de las vírgenes suicidas.
¿De verdad queréis un manual para matar vírgenes?
Puedo llamar a Iker Jiménez para que me pase el teléfono de alguna secta satánica amiga, por si me pueden dar un par de consejos...
Facetas y cambios en la historia:
"Se levantó y salió un momento. Volvió con dos maletas enormes.
-Ten-dijo-Una para cada una.
-Pero si no tengo con qué llenarla-Aseguró Folavril.
-Yo tampoco-admitió Lil-, pero impresionan. Y si no están llenas, tanto mejor, pesarán menos.
-Y Wolf?- Preguntó de pronto Folavril.
-Lleva dos días fuera-dijo Lil con perfecta calma-No volverá. Además ya no lo necesitamos.
-Mi sueño,-dijo Folavril, pensativa- mi sueño dorado es casarme con un pederasta cargado de dinero"
La hierba roja, Boris Vian
En realidad todo el capítulo final del libro, el resumen de un tratado.
Llego al blog con dos días de retraso.
No se cambia. Lo de empeñarse en que la gente cambie es una superstición femenina. Se trata de disfrutar con lo que hay. O no. Normalmente, no.
Es un círculo vicioso, siempre se va repitiendo haste que depronto encuentras a alguien que nos e cansa, que le gustan tus facetas, tus ideas, tu manera de ser y a ti te gustan sus facetas, su manera de ser. Lástima que siempre tenemos que probar mil veces antes de encotrar algo asi, o a veces ya no se encuentra.
Tampoco vale la pena deseperarse a buscar.Las mujeres somos suficientemente autosufcientes.
habrá facetas que te gusten y otras que no, las que no te gustan puedes decidirte a cambiarlas, pero l*s demás te quieren como eres y si no es que no te quieren.
Ahora me entero, pcbcarp, de q mi ex marido tenía una superstición femenina (quizá sólo la punta de un iceberg de feminidad, who knows): estaba empeñado en que yo cambiase, que cambiase, que cambiase... (ad infinitum).
Moraleja: la superstición no tiene sexo (o sí, y entonces es más divertida, y se vende en sex-shops o por internet).
Increible, y cierto.
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