Le había abandonado. Le dejó sangrando, desollado, con todos los intestinos burbujeantes por el suelo y se largó taconeando por encima.
Al exigir un razonamiento lógico de semejante masacre, ella sólo supo decir frases cortas aprendidas de la televisión. "Es por mí"; "Es lo mejor para los dos"; "No hay nadie más involucrado en esto".
Más tarde, con la barriga llena de puntos, se enteró de la verdad. Había otra cabeza pensante en la sombra. Todo había sido una mentira.
Con las tripas en la mano, de nuevo, se juró no volver a confiar.
Ya sabéis cómo acaba.
12.01.2006
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6 comentarios:
Que vuelve a confiar.
Con el dedo en el gatillo, después de volver a confiar...
estás colgada , necesitas ayuda profesional
ah? quien?
Saca al psicopata que ya llevaba dentro. Con pauta, motivo, modus operanti y juego.
Todo un reto.
MUY CIERTO
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