9.03.2007

Cracked eggs, dead birds

Entre cuatro paredes. Arrinconado contra la esquina más alejada de la puerta, se cuenta los dedos de los pies. 10, 20, 25. Se tira del pelo, se muerde las uñas. Araña la pintura azul de las paredes y deja un montón de pintas blancas. En una de esas pintas, empieza a introducir el dedo. Saca más y más yeso.El agujero se va haciendo más grande. Introduce un brazo y, con él, hace más grande el vacío. Mete las piernas, mete la cintura, mete el pecho, mete los brazos y, finalmente, la cabeza. Y así, tras tantos intentos durante años, consiguió escapar. Y, entonces, todos lloraron.

8 comentarios:

Gabriel Noguera dijo...

Plas plas plas.

Anónimo dijo...

scream out as they fight for life...

Maik Pimienta dijo...

Y lo hizo sin saber lo que hay al otro lado.

Raul dijo...

¿Quienes son todos? ¿Y por qué lloraron?

Absurdo Rutinario dijo...

Muchos pajaros en las palabras. tantos como comas. Pero que interesante.

Lala dijo...

Me gustó mucho la progesión, y el correlato también, porque a medida que ese recobeco crecía, el también lo hacía.
besos!

huelladeperro dijo...

Y no hacen nada, mientras lloran, entre cuatro paredes...

Junkidriko dijo...

¿Después de lo del agujero recorrió 300 yardas de mierda que olía como no puedo ni imaginar, o no quiero imaginar, y salió limpio al otro lado? Si no hizo eso, no tiene gracia.

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