En la playa se esconden todos los demonios.
Entre la arena y las olas del mar.
Justo donde la espuma del mar se queda pegada.
Dejo la puerta entreabierta para que puedan pasar a verme.
Les cojo de los dedos y les lamo el pulgar
(se estremecen y se arrodillan a los pies de mi cama.)
Al andar descalza por la orilla, ellos me llaman
soplando de la botella que tiré ayer.
Justo donde la tierra se convierte en agua.
Ahí se esconden todos los demonios.
9.12.2007
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2 comentarios:
Ahora sólo hay que ponerle música, que tiene potencial.
¡ajá!
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