Me encuentro con la desgracia cara a cara. Le digo que no me da miedo, que nunca la abrazaré como si no existiese otra cosa. Pero me equivoco de nuevo. Porque cuando aquello que necesitaba, se fue, entonces acudí a la desgracia. Y ella me acuna y me arropa por la noche.
El día en que muera, la desgracia se marchará. Y realmente ya me estoy hartando de ella.
10.27.2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Bla bla bla bla bla...
¿Tu también, nunca estás contenta con lo que tienes?
(des)agradecida
Te equivocas, no se irá el día que mueras.
Nuestras tonterías mueren mínimo 24 horas después que nosotros. Es lo que tiene lo de ser humano.
Publicar un comentario