Lo mejor de ti es que no sabes nada de mí. Y luego están esos ojos gigantes que se escondían en esa esquina del bar. Yo fingía no verte, aunque estuviese toda la noche buscándote con la mirada. Te dije: "¿Qué vas a hacer tú?", y, entonces, te encogiste de hombros. Al amanecer, tras cogerme furtivamente de la mano para llamarme la atención, soñé con gente dando volteretas en el aire y que estábamos en una piscina. Nos besábamos debajo del agua y tus ojos eran aún más brillantes por todo el cloro que nos rodeaba.
Llegó el día, me desperté y tú estabas presente en todas partes, pero yo jamás lo admitiré. Y pienso en tus patillas, joder. Pienso en tus preciosísimas patillas.
4.01.2008
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2 comentarios:
vengo del peluquero, me ha dejado las patillas inmejorables
un gesto
Fetiches.
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