6.06.2008

Blue to Grey

Las mañanas de domingo en agosto son infernalmente calurosas, pero me encantan. Es genial el despertarse y ver que no estás. Es un pequeño pánico momentáneo que desaparece cuando te oigo silbar en la cocina. El olor de la mermelada de frambuesa que compras para que yo pueda desayunar (aunque casi siempre acabas mojándote el dedo en el tarro y metiéndomelo en la boca, sin tostadas). De esas mañanas, lo que más me fascina es cuando tú entras en el baño mientras yo estoy lavándome la cara y me dices eso de "Con esa camiseta te veo las bragas, sucia". Cada fin de semana me lo dices, y cada fin de semana acabo riéndome a carcajadas, sentada encima tuya en la mesa de la cocina.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿El dedo en el tarro? ¡A cucharadas!

Creo que te va a encantar el gel de baño que tengo.

Anónimo dijo...

Hola,

Me ha gustado mucho tu manera de contar 'pequeñas historias'.
No sé si son basadas en la realidad o en la imaginación, sea cual sea la fuente, no pierdas a tu musa.

;-)

Salúh-2!


P.D.: Perdón por el allanamiento.

ALOMA69 dijo...

Está bien que disfrutes del calor, para variar de inviernos frios y grises.

Un saludo!!!

p.d.: vamos a tener verano este año?

Raphaël de Valentin dijo...

Solamente saludarte; sigo leyendo tus textos e imaginando lo que hay detrás de ellos, eso que ni tú siquiera puedes ver y que a mí me cuesta tanto adivinar.

Un abrazo.

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