Cierra los ojos. Prométeme que no los abrirás.
Lo prometo.
Unos pasos te alejan por el pasillo. La brisa caliente mueve mi pelo y me descoloca la ropa. Me da miedo la oscuridad. Casi siento cómo tu perro se arrastra entre mis pantorrillas. Es suave y cálido.
Abre los ojos.
Un montón de fotos olvidadas. Unos cuantos besos lapidados. El sofoco veraniego y el deseo invernal. Me paso la vida saltando de piernas en piernas. Y, entonces, tú desapareces de pronto y no vuelvo a verte. Miles de razones para escaparme contigo. Millones de excusas para no volver a hacerlo.
8.17.2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario