2.23.2010
557
No tengo en nada en común con todas ellas. No sonrío en las fotos ni tengo ascendencia vikinga. Puede que algún día consiga lo mismo, pero eso sólo me hace replantearme el bajar un par de escalones para alcanzarte. Pero aquí estoy, bebiendo y escuchando a alguien rasgar unas cuantas cuerdas mientras sigo soñando con tu cuerpo desnudo escalando las paredes de mi habitación. A veces pienso en que es posible que, cuando llegue el momento, te abrirás del todo e inundarás la estancia con tus fluidos y tu olor a flores secas. Algo me dice que no, que ese no eres tú, que tú hueles más a niño pequeño, que eres suave y caliente. Y, francamente, no es eso lo que quiero. Así que engáñame y hazme pensar que eres único. Como todos los demás.
2.21.2010
As you watched him move across the darkness in your room
Estamos sumidos en un apagón que parece interminable. Hay gente que suele perder los nervios, pero nosotros parecemos controlarnos a la perfección. Ni gritos ni lloros. Quizás no tenemos tanta sensibilidad o, quizás, estamos acostumbrados a este tipo de situaciones. Dicen que cuando pasas mucho tiempo en penumbras, los ojos se acostumbran a la oscuridad y puedes percibir todo lo que te rodea. A lo mejor es eso lo que nos pasa. La percepción que nosotros dos tenemos de la oscuridad es la misma que tenemos a la luz del día. Podríamos concluir admitiendo que, simplemente, no va a cambiar nada.
2.16.2010
Took a dive with a dirty girl
Después de pasar la noche mojando la sábana bajera con tus lagrimas, me he despertado. Es como levantarse después de un gran letargo, de un coma incompleto. Mirar por la ventana y ver a toda esa gente andando con un rumbo fijo. El frío, las carpetas escolares y el humo de los coches. Un "no puedo mezclarme con ellos", y me he vuelto a acostar. El tiempo en Inglaterra cambia tan deprisa como mi humor. El día intenta darme ánimos para empezar de nuevo, con un sol cegador pero yo le doy la espalda. Entonces, comienza a llover. Nubes que descargan su decepción sobre mí.
Soy consciente de que soy yo la que complica las cosas, pero mi vida no sería tan interesante sin todas esas pequeñas faltas. No sería yo si no soñase con otro destino, si no imaginase a ese chico de ojos marrones empotrándome contra la pared de la biblioteca. Y mañana tendrá los ojos azules, o verdes, o violetas y yo aspiraré a que me asfixien en cualquier esquina de cualquier bar mugriento.
Soy consciente de que soy yo la que complica las cosas, pero mi vida no sería tan interesante sin todas esas pequeñas faltas. No sería yo si no soñase con otro destino, si no imaginase a ese chico de ojos marrones empotrándome contra la pared de la biblioteca. Y mañana tendrá los ojos azules, o verdes, o violetas y yo aspiraré a que me asfixien en cualquier esquina de cualquier bar mugriento.
2.06.2010
Una bola de cristal de esas que tienen nieve artificial dentro,
Como las que mamá solía traernos cuando volvía de viaje.
Todas las lágrimas desaparecían con un ligero movimiento de muñeca.
Si nos escapamos, podemos buscar una esfera cristalina
En la que meternos dentro,
Arroparnos con el plástico que, un día, fue nieve.
Nada podrá tocarnos en un regalo de mamá,
Nada podrá herirnos si nos abrazamos muy fuerte,
Ni siquiera el golpe más esperado podrá alcanzarnos,
Ni siquiera ese río tinto que baja por las escaleras,
Pegando portazos.
Nada podrá tocarte, querido.
Como las que mamá solía traernos cuando volvía de viaje.
Todas las lágrimas desaparecían con un ligero movimiento de muñeca.
Si nos escapamos, podemos buscar una esfera cristalina
En la que meternos dentro,
Arroparnos con el plástico que, un día, fue nieve.
Nada podrá tocarnos en un regalo de mamá,
Nada podrá herirnos si nos abrazamos muy fuerte,
Ni siquiera el golpe más esperado podrá alcanzarnos,
Ni siquiera ese río tinto que baja por las escaleras,
Pegando portazos.
Nada podrá tocarte, querido.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)