Ejercicios de escritura en el videoclub 2: P

Nunca pensé que te vería así. Sudando y llorando. Plegada sobre tu propio cuerpo. Doblada como el papel que un día arrugaste delante de mí. En ese papel, mi alma escrita en palabras. Y tú la tiraste al suelo.
Y ahora, aquí estás. Misericordioso de mí (también gilipollas)
Desnudos, abrazándote mientras lloras. Estúpido.

***

Pese a la sangre de la boca, ella seguía sonriendo. Esa tarde se había pintado los labios de rosa para que le gustasen. Para recibir caricias debajo de la mesa.
Tuvo lo que quería. Un par de guiños de adorno para su Martini y un beso en la nuca.
Y mientras su joven amante le escupía, ella seguía sonriendo. Porque en el fondo se lo esperaba. Porque después de la calma, llega otra vez la tormenta. Y esa chica tenía ojos de lluvia. Sonreía y ella se enfurecía aún más.
A partir de esa noche, ninguna de las dos volvería a ser la misma.

***

Y pese a toda la destrucción, ella seguía de pie. Aunque le temblaban las rodillas. "No llores, no lo hagas", se lo repetía, aunque realmente no tenía ganas de hacerlo. Debería, pero era incapaz.
Así que se puso a correr. Ella misma sabía que no iba hacia ninguna parte, se dejaba llevar por la rabia de la situación.
De repente, le vio, Allí estaba, con su bate, tomando un café. ¿Que qué hizo? Imagínatelo. Le abrió la cabeza con su propio bate. Le miró a los ojos cuando se retorcía entre sangre y le dijo: "Esto es por joderme la luna del coche, capullo"
Y volvió sonriente a casa.