Cuando tenía 14 años, un par de hombres nos acorralaron a mi amiga y a mí. Sólo hablaban inglés y yo les contestaba alegremente. Me pidieron que les acompañase al parque que teníamos a nuestra espalda, pero con una sonrisa conseguí escapar y sacar a mi amiga de allí.
Ese mismo año, en la feria, monté en una atracción de realidad virtual. Tenías que disparar a tus compañeros con una pistola láser, y al feriante le caí en gracia, así que me dió unos pases para el día siguiente. Me preguntó el nombre y la edad, y tonteó un poco conmigo. Al día siguiente volví, por supuesto. Pero le dí calabazas con otra sonrisa.
Y ese mismo día, otro feriante dejó que me saltase la cola diciéndome: "Eres la chiquilla más bonita que he visto". Yo, volví a sonreír.
Y ese verano me di cuenta de ese poder. Y ese verano, perdí la inocencia.
7.03.2006
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14 comentarios:
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Cuando la niña era niña, descubrió que tenía el poder. Y lo utilizó.
El poder lo tenías tú o ellos? al fin y al cabo, ese verano perdiste la inocencia, no?
Los hombres que te acorralaron, acorralaron a 10 chicas mas, y los feriantes tontearon y pasaron la cola a 7 u 8 chicas hasta topar con una que se hubiese "dado cuenta ya de ese superpoder" y a la que arrebatar su inocencia.
Perdí la inocencia porque quise, y el poder de dominar y conseguir cosas con una caída de pestañas lo tenía yo. Bueno, y lo conservo.
Y sí, seguro que acorralaron a muchas más, pero, pregúntele a mis profesores que si me conocieron, a ver qué responden...
Me he sentido muy identificada con el anterior post, el de las obsesiones; mis obsesiones son a veces tan intangibles que no podría ni enumerarlas en una lista...
En cuanto a éste último post, no me he sentido nada identificada, yo a los 14 años era un auténtico pato feo, a medio hacer (me desarrollé tarde) y si te soy sincera, nunca me he sentido poderosa con los hombres, a veces sólo de forma puntual, pero creo que todavía pervive en mi algo de aquel patito feo, la inocencia la perdí algo más tarde y es curioso pero justo ayer en la cena hablamos de éste tema con mi hombre...
Un fuerte abrazo!
Nunca has pensado en el poder de hacer que os sintais poderosas?el de haceros pensar que haceis las cosas porque realmente vosotras lo quereis? En el juego de la seducción, cada uno juega sus bazas, incluso aquel profesor que tartamudeaba cuando te agachabas a recoger un boli que se te había resbalado accidentalmente de entre los dedos. Casi todo es un engaño, tanto lo tuyo como lo suyo.
siempre he flipado con esa poder que teneis, eso sí, hay con persona que no funciona tanto........ o bueno se intenta....... me encanta este texto, trata un tema que me gusta ;)
Mi inocencia va y viene... o tal vez sólo se esconde. O tal vez nunca estuvo...
Me identifico con tú poder,, todos de una manera u otra, y ese u otro poder, lo tenemos,,, me dí cuenta del mio,, antes era más pronunciado,, lo he ido perdiéndo...lástima..!
Buén Post..!!
Z de V
Umm...qué puedo decirte, you've got the power. Y nosotros somos simples y rastreros, casi sin excepciones. Besos!
Lo malo del poder de la "Lolita" es que se pierde con los años, asi que usalo ahora que lo posees, no colara tan facilmente cuando sonrias y tengas treintaytantos pero... sé perfectamente lo que dices, yo no tengo el poder "lolita" (desgraciadamente) pero tengo otro (desgraciadamente) y que es perenne quiera o no quiera... en fin la vida es una mierda y más cuando se mueren cuarenta y una - por ahora - personas, maldita fragilidad que sin lugar a dudas es superior a todo poder.
PD: siento desviarme del asunto del post.
uyyy, llegué tarde por unos cuantos años.
Me he dado cuenta que los hombres, aunque mucho mas tarde, logramos obtener parte de ese poder. Pero con ciertas diferencias... el nuestro no funciona con la caida del párpado, sino que con la mirada y las palabras. Es menos efectivo, sí, pero al final no nos quedamos sin. Claro que la criptonita a veces nos hace perdelos...
"Las niñas bonitas no pagan dinero" "Yo no soy bonita ni lo quiero ser". El barquero siempre me pareció una canción triste, extraña.
Luego está la novela de Navokov, y ella no tiene ningún poder, tan sólo la capacidad de manipular de todas las nínfulas, que no viven en sí mismas, sino dentro de los ojos de los que no tienen nada, ni siquiera nombre. ¿A que ni se te ocurrió preguntarles cómo se llamaban? Y ellos a tí sí. Porque lo-li-ta, la lengua contra los dientes, contra el paladar, jugueteando... y sin embargo el hombre de la gabardina, el tal H. H., el hombre que no suena, que arrastra a la niña del caramelo a la negrura de la vida
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