1.29.2007

And then, silence came into her world

Antes odiaba los silencios. Odiaba estar con una persona y que se crease ese momento de extrema incomodidad. Por eso me liaba a decir cosas sin sentido e incluso volvía a casa pensando en lo estúpida y ridícula que era. Gracias a dios, la gente pensaba que era extrovertida y dinámica. Pero de un tiempo a esta parte me he dado cuenta de que lo que más me apetece del mundo es que nadie diga nada. Que nadie moleste mi pequeña parcela de quietud con sus palabras insignificantes.
Por eso, cuando no sé qué decir, o si creo que puedo joderlo aún más con alguna muletilla, cierro la puñetera boca.

Me pierde, me pierde, me pierde la lengua. Me mata, me mata, me mata tu silencio.

Ahora, dime algo.

3 comentarios:

Gabriel Noguera dijo...

Me dices que el silencio
está más cerca de la paz que los poemas

Etc, etc.

Absurdo Rutinario dijo...

¿Y que creas que somos extrovertidos y dinámicos? naaaaaa

Anónimo dijo...

Ante cosas así siempre recurro a la conversación de Pulp Fiction... ;)

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