En el taller de escritura cinematográfica nos explicaron que hay dos puntos de inflexión en toda historia. El primer punto de inflexión es el que da paso al problema y, por tanto, a la trama. El segundo punto de inflexión desencadena el desenlace.
En nuestra historia, el primer punto de inflexión fue mi enfermedad. El segundo punto de inflexión, tu incompetencia. Podemos sentirnos igual de culpables como de imbéciles.
5.20.2007
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4 comentarios:
Jode más sentirse imbécil, creo.
uff... puntos de inflexión... hay tantos al largo de una vida...
Somos unos jodidos fracasados... ya te digo yo que caerse por las escaleras no ha mejorado mi visión pesimista del mundo. Saludos.
Delimitar como se ha de contar la historia con normas no me parece lógico. ¿Y si quiero tres cambios?
¿o dos soluciones?
Limitaciones.
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