5.04.2007

Pensamientos sin importancia

No tenemos nada más que decirnos. Se nos acabaron las ganas de discutir. Ambos nos hartamos del otro. Lo que parecía una promesa de amor solemne, se quedó en nada. Ahora toca odiarnos un tiempo, echarnos de menos hasta que uno de los dos encuentre pareja. Entonces, ese "uno de los dos" le prometerá amor eterno a la nueva persona. El otro se sentirá desgraciado. Más tarde, el que quedó hecho trizas, encontrará a otro ser y le prometerá lo mismo que antaño dijimos. Uno de los dos se sentirá algo celoso e intentará seducir al otro. El otro puede que acepte o puede que no. Si acepta, todo se complicará y terminará en rupturas varias y se desencadenará una espiral de daños. Si no acepta, el rechazado se sentirá rabioso y, probablemente lo vuelva a intentar. Si esa segunda vez (o incluso tercera) se resiste el antiguo amado, tirará la toalla hasta que el amado corte con su actual pareja y encuentre otra. Entonces el depredador emocional volverá para ver si puede joderle un poco más la vida.

Todo eso se repetirá en diferentes dosis de amor hasta que uno de los dos desgraciados decida sentar la cabeza y romper las fotos del otro. Entonces, junto a alguien que no le gusta tanto como el antiguo amado, formará una familia disfuncional.

Podemos repetir tantas veces como desees.

4 comentarios:

Gabriel Noguera dijo...

Jo.

Unknown dijo...

...
... creo que no hay manera de explicarlo mejor ... no puede ser más exacto ...
...

the frail dijo...

Exacto

Jorge dijo...

adivinar lo que va a pasar es juego divertido...que te pase lo que sabes que va a pasar es una puta mierda.

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