Una clavícula suave.
Eso era exactamente lo que vi en ti: una clavícula suave en la que apoyar la nariz. Pero vi mucho más. Vi rizos oscuros, una piel fina y unos ojos brillantes dentro de un cuerpo casi adolescente (simples razones para querer olerte).
Si te sonreí aquella tarde fue porque te sentí capaz de quererme. Y espero que tu sonrisa significase lo mismo. Si no, estoy muerta.
9.26.2007
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6 comentarios:
Yo apostaría por la vida, pero sólo en esta ocasión.
Me parece que no competiríamos por los mismos chicos, a mi me gustan muy masculinos, muy hechos, los adolescentes no me han atraído nunca.
Es curioso pero casi todas mis amigas los prefieren como tú.
Un beso!!!
La verdad es que a mí los hombres que me gustan son los masculinos. Pero claro, está el problema de la literalidad, que la gente siempre la confunde con la simple literatura.
Y de hecho, no hablaba de un chico en ese texto.
Gracias por la aclaración, de hecho también lo sospeché pero para entonces ya había entrado el comentario.
Abrazos!!!
A la hora de apoyar la nariz siempre preferí una pelvis a una clavícula (cualquiera lo diría). Más divertido al menos.
Besos.
Precioso
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