2.18.2008

In the glimpse of an eye

S. se acomodaba en mi hombro mientras volvíamos a casa en autobús. Íbamos en los asientos que dan la espalda al conductor, en esos asientos en los que nadie quiere sentarse y que yo adoro. Nos habíamos pasado toda la noche hablando de nuestras relaciones fallidas y bebiendo todos los chupitos baratos a los que nos invitaban extraños feos y "simpáticos". Entonces, detrás de L., estaba sentado un chico que miraba por la ventana. Estaba afeitado de la manera más impecable que he visto en mi vida, dejando una pequeña perilla oscura. Sonreía de medio lado y me miraba. Y yo soñada con meter los dedos entre su pelo de punta y en besarle las orejas. Fuimos felices en lo que dura un viaje nocturno en autobús. Hasta que tuve que despedirme con los ojos y bajarme en mi parada. Él me miró por la ventanilla y yo volví a mi soliloquio amoroso.

1 comentario:

ALOMA69 dijo...

El transporte público da mucho de sí.

Beso.

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