Anoche soñé que se acababa el mundo. Yo estaba en un edificio muy alto, algo parecido a un hotel. Miraba por la ventana y veía cómo los edificios de nuestro alrededor se derrumbaban uno detrás de otro. Estaba diluviando y la gente corría por la calle, llevando a los niños pequeños en brazos, que lloraban sin saber muy bien qué era lo que pasaba.
Mi madre decía: "Coged una caja y rellenarla con las cosas que no queráis perder". Pero no había nada que mereciese la pena salvar, así que llenábamos la caja con comida y edredones. Nada especial. Mientras bajábamos por el ascensor, que se iba quedando parado a causa de la poca electricidad, contaban historias graciosas y reían. Teníamos un bebé al que yo llevaba en brazos, cubierto con una mantita, y al que yo acariciaba la cara y le limpiaba las lágrimas, que se me resbalaban y chocaban contra su frente.
Pero no tenía miedo. En mi cabeza resonaba mi voz, diciéndome que cuando despertase, debería contar todo esto. Y que tendría que resignarme tarde o temprano.
Es ahora cuando todo se aclara en mi cabeza y yo ya no siento nada más que indiferencia.
4.12.2008
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1 comentario:
Qué sueño. Si lo tuviste de veras deberías saber que tiene varias interpretaciones psicoanalíticas muy interesantes.
Escribes muy bien
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