9.24.2008

You don't know what I want to do to each and every one of you (1)

Es cuestionable y yo no me creo nada. Las buenas intenciones se quedan en humo vacuo y en ondas grises, turbulentas. Pasamos con el coche bordeando el Retiro y vi cómo un grupo de chicos y chicas se abrazaban y cantaban alrededor de una guitarra. Les odié tanto que pensé en bajarme y en clavarles el mástil en las cuencas de sus preciosos ojos brillantes. Ciegos felices que gritan desconsolados. Me entró un poco la risa y cambié de emisora. Nos mantuvimos en silencio todo el camino y, en ese pequeño recorrido, me dí cuenta de que no merecía la pena darle un voto de confianza. Pero era más divertido hacerle pensar que sí. Estoy más que convencida de que su banal existencia se verá teñida de una hermosa vuelta de tuerca gracias a mis daños y perjuicios a su persona.
Me lo agradecerá.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A lo mejor no te lo agradece, pero que mas da... Dale un poco de tu veneno. Si no muere crecerá mas fuerte.

pcbcarp dijo...

Todos hemos tenido alguna vez alguien a quien agradecer que nos colocara nuestra desbocada autoestima en su lugar preciso de la pirámide trófica.

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