Seguro que han sentido alguna vez esto. Cuando me mira, no sé qué decir, así que sonrío. Entonces, él sonríe conmigo y no abrimos la boca para nada. La incomodidad del silencio queda disipada en el ambiente.
"Entre ellos hay algo, no pueden negarlo", murmuran los demás en el salón. Y no sabría decir quién estaba y quién no en esa misma habitación. Pero puedo decir de qué color son sus rizos. Y sus ojos.
"Pero, ¿qué es lo que se traen entre manos?". Ojalá lo supiésemos, querida. Como un meteorito chocando contra la tierra. Un microsegundo y ya nada volverá a ser lo mismo.
10.15.2009
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1 comentario:
Estábamos en la misma habitación, y el lazo, antes que la sonrisa, fue un destello rubí en las copas de las que bebíamos
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