Me duele la tripa. Mucho. Cada vez que hago algo que considero importante, me entra dolor de tripa. Es como si una menstruación mental estuviese a punto de desatarse. Mi ansiedad es un síndrome premenstrual que dicta mi vida. Todas las decisiones (y sus correspondientes problemas) se me acumulan en el vientre, haciendo que, en el preciso momento en que la acción se realiza, se me manchen, metafóricamente hablando, los pantalones. Como ese día en Teatro en que llevaba pantalones blancos y me vino la regla. La ansiedad hace que me duela la tripa tanto que acabe llorando en el baño, poniendo papel higiénico para absorber mi estado mental.
En fin, qué le vamos a hacer.
5.13.2013
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1 comentario:
Cuando la rueda rueda desde el principio con fuerza, es difícil pararla.
Cuando empieza despacito es difícil ponerla en marcha.
Sigo tu blog (nuevo y de siempre)
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