12.26.2007

The Owl

La otra noche estuvo andando calle abajo. Me dijeron que iba solo, escuchando música en sus cascos. Se frotaba las manos para darse calor. Dicen que tarareaba lo que sonaba en sus auriculares, pero que era algo incomprensible. Algo instrumental, probablemente. Me contaron que cuando llegó a la plaza, metió la mano en el bolsillo y sacó un papel arrugado. Se sentó en la barandilla que hay a la entrada del metro y esperó. Luego llegó una chica con sombrero y jugueteó con sus patillas. Por lo visto, él le besó la nariz y le dio el papel arrugado. Se abrazaron y cada uno se fue por su lado.
¿Pues sabéis qué? Que ella no llevaba sombrero. Y que para despedirse no se abrazaron, sino que se besaron, aunque hubiese alguien que pudiese verlos. No nos importó.

4 comentarios:

ALOMA69 dijo...

Qué ponía en el papel?

Me gustan los chicos con patillas.

una loca linda dijo...

¿por qué cada uno por su lado?

una loca linda dijo...

p.d: me gusta tu blog, me recnozco en mucho de lo que escribis

Gabriel Antón dijo...

parece algo así breve pero es un galimatías. la cuestión es por qué el primero que lo cuenta lo cuenta mal, cómo el segundo, que lo escucha, detecta el fallo (ya tuvo que haber dos espectadores, lo cual implica un seguimiento) y sobre todo, por qué después de darle tanta importancia y atención el que ha oído recalca que no le importa, y además habla en plural. Yo creo que un poco sí tuvo que importarle al menos a alguien.

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