Se reían de las demás parejas en silencio. Les tiraban migajas al pelo y escupían en sus cartas de amor. Correteaban calle arriba y calle abajo buscando algunos enamorados a los que insultar y pegar. La emoción era completa cuando veían correr un poco de sangre por sus mejillas. Entonces se miraban sonrientes y se acariciaban las manos.
La gente normal les trataba de simples novios, pero ellos sabían que había mucho más que esa gilipollez. Era profundo e inigualable. Eran compañeros de travesuras y amantes del cuerpo del otro. No era comparable a los ojos tiernos y las fotos que los demás exhibían con muecas estúpidas.
Sus fotos eran secretas y sus reuniones eran más que privadas.
Y eran felices.
1.07.2008
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2 comentarios:
Si ahora mismo tuviera pareja, ésta otra sería nuestra gemela mala (porque yo no me juntaría con alguien a quien le gustase pegar e insultar, aunque sí me gustan las travesuras)
Diabólico, como siempre...
Un saludo!!!
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