5.21.2008

Slam (of a door)

Las magdalenas son siempre una buena idea. Puedes comprarlas (si no sabes cómo hacerlas) y ponerlas en una pequeña cesta. Te presentas en la puerta de tu nuevo vecino y llamas al timbre. Entonces, él abrirá y te agradecerá el detalle. Las magdalenas se pueden comer en el desayuno con leche, café o incluso zumo. Tu vecino y su familia se comerán todos tus bollos y tú te quedarás en la puerta, helada. El fantasma de las vacaciones pasadas y su brisa de verano acaban de cerrarte la puerta en las narices.

3 comentarios:

Diego G. dijo...

Es más bonito -e igual de correcto- decir madalena.
Suerte con tanto examen y/o trabajo.

Ares dijo...

Mejor comprarlas, si las haces queda un horrible olor dulzón por toda la casa que impregna tu ropa y te acosa durante días. Un olor como a puta barata, como el de las orquídeas en una habitación cerrada.

ALOMA69 dijo...

Era guapo el vecino?

Pasaba a saludarte!

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