"El eco de tu recuerdo hace temblar mis paredes. Los pilares maestros son sólo aprendices de tu mirada."
Las gilipolleces se sucedían una tras otra en el cuaderno de apuntes de Carlos. Garabateaba frases pretendidamente románticas pero fallidamente compuestas. Su álter ego era, simplemente, una parodia de sí mismo. Pero era feliz. ¿Se le podía culpar por esa pequeña falta?
Según el parecer del tribunal ético, sí. Era una ofensa gravísima para la organización que ese señor atentase contra el mal gusto literario. ¿Sentencia? Quema en la hoguera del patio de atrás junto a todos sus manuscritos.
Saltamos, brincamos y aplaudimos la barbarie. El arte estaba, de nuevo, a salvo.
6.28.2008
6.24.2008
Tear into my heart, make me do it again, yeah
El suelo de la habitación estaba cubierta por una moqueta densa. Había tanto polvo que los rayos de sol conformaban un fantasma blanco. Hacía un calor horrible pero joder, todo era cojonudo. Los cómics tirados, los vasos vacíos, las sábanas arrugadas.
L nos llamaba a gritos para bajar a comer espaguetis por enésima vez. J a veces decía: "Paso" y se tiraba a la piscina de cabeza. A mí me dio por pensar que no comía nunca y que por eso estaba tan delgado. Pero sí que comía. Alguna que otra noche bajé a coger más hielo del congelador y allí estaba él, hinchándose a donuts. Yo le llamaba bulímico y él solía abrir la boca para enseñarme la bola deforme de masa masticada.
Sobra decir que el bulímico y yo solíamos acostarnos juntos durante ese verano. Él se inmiscuía en la ducha cuando yo estaba dentro, y yo procuraba no despertarle cuando me colaba en su habitación por las mañanas. Le destapaba un poco y le lamía el pecho. Abría los ojos, me acariciaba la cabeza y me llevaba de la mano a la despensa. Encerrados en un armario lleno de comida y de botes de champú, follábamos agarrados de las estanterías. Creo que aún están las marcas de mis uñas. L nunca sospechó nada. Ni M, que era mi novio de entonces. Lo gracioso es que en la boda de J y L, J se acercó a mí durante el baile y me dijo:
-Tengo un armario nuevo.
Y, entonces, le arañé un poco la espalda por debajo del chaqué.
L nos llamaba a gritos para bajar a comer espaguetis por enésima vez. J a veces decía: "Paso" y se tiraba a la piscina de cabeza. A mí me dio por pensar que no comía nunca y que por eso estaba tan delgado. Pero sí que comía. Alguna que otra noche bajé a coger más hielo del congelador y allí estaba él, hinchándose a donuts. Yo le llamaba bulímico y él solía abrir la boca para enseñarme la bola deforme de masa masticada.
Sobra decir que el bulímico y yo solíamos acostarnos juntos durante ese verano. Él se inmiscuía en la ducha cuando yo estaba dentro, y yo procuraba no despertarle cuando me colaba en su habitación por las mañanas. Le destapaba un poco y le lamía el pecho. Abría los ojos, me acariciaba la cabeza y me llevaba de la mano a la despensa. Encerrados en un armario lleno de comida y de botes de champú, follábamos agarrados de las estanterías. Creo que aún están las marcas de mis uñas. L nunca sospechó nada. Ni M, que era mi novio de entonces. Lo gracioso es que en la boda de J y L, J se acercó a mí durante el baile y me dijo:
-Tengo un armario nuevo.
Y, entonces, le arañé un poco la espalda por debajo del chaqué.
6.20.2008
Your heart is a strange little orange to peel
Conversación
El odio y la impotencia desaparecen cuando me encierro. Es como cuando decides cerrar el libro porque no puedes seguir leyendo sin dormirte. Te entra rabia por ser incapaz de estudiar, pero te convences de que no puedes hacer otra cosa. Tengo muchas ganas de decir verdades, de hacer daño y de quedarme a solas contigo, teniendo el mundo en mi contra. Todas las chicas por las que perdiste la cabeza son tontas. Todos los chicos con los que malgasté el tiempo son idiotas. Y todos juntos conforman un circo de gente fea (o eso queremos creer.)
Confesión
Tengo ganas de quemaros vivos. Entonces, él y yo oleremos la carne frita y tendremos arcadas, pero será tan bonito...
Pensamiento
Quiero que todos sepan que están equivocados. Ni lo tuyo funcionará, ni lo tuyo te aportará nada más que lágrimas, ni lo tuyo durará tanto como crees. Pero lo mío, oh... lo mío es y será increíble. Y todos me odiarán y yo, dentro de mi humildad emocional, seré feliz.
El odio y la impotencia desaparecen cuando me encierro. Es como cuando decides cerrar el libro porque no puedes seguir leyendo sin dormirte. Te entra rabia por ser incapaz de estudiar, pero te convences de que no puedes hacer otra cosa. Tengo muchas ganas de decir verdades, de hacer daño y de quedarme a solas contigo, teniendo el mundo en mi contra. Todas las chicas por las que perdiste la cabeza son tontas. Todos los chicos con los que malgasté el tiempo son idiotas. Y todos juntos conforman un circo de gente fea (o eso queremos creer.)
Confesión
Tengo ganas de quemaros vivos. Entonces, él y yo oleremos la carne frita y tendremos arcadas, pero será tan bonito...
Pensamiento
Quiero que todos sepan que están equivocados. Ni lo tuyo funcionará, ni lo tuyo te aportará nada más que lágrimas, ni lo tuyo durará tanto como crees. Pero lo mío, oh... lo mío es y será increíble. Y todos me odiarán y yo, dentro de mi humildad emocional, seré feliz.
6.19.2008
The smell of redwood giants.
Quiero que llueva.
Cuando llueve suele ser un descanso entre tanto agobio. El asfalto deja de humear y absorbe las gotas heladas. La gente intenta resguardarse y la piel se empapa, calmándose de tanto rayo solar. El ambiente se condensa en ese olor a tierra mojada. Ese olor te envuelve, nublándote la vista y cegándote el oído. Sin darte cuenta, te encuentras sumido entre nubes grises y calles desiertas. Personas que se agolpan bajo los tejadillos te hacen la pasarela. Y tú desfilas con los ojos cerrados y los dedos de los pies helados.
Siempre llueve cuando estás cerca.
Cuando llueve suele ser un descanso entre tanto agobio. El asfalto deja de humear y absorbe las gotas heladas. La gente intenta resguardarse y la piel se empapa, calmándose de tanto rayo solar. El ambiente se condensa en ese olor a tierra mojada. Ese olor te envuelve, nublándote la vista y cegándote el oído. Sin darte cuenta, te encuentras sumido entre nubes grises y calles desiertas. Personas que se agolpan bajo los tejadillos te hacen la pasarela. Y tú desfilas con los ojos cerrados y los dedos de los pies helados.
Siempre llueve cuando estás cerca.
6.16.2008
Walk around into a little town
Me he tumbado en el suelo. Las baldosas están heladas y los huesos se resienten. Hubo un tiempo en que la vida consistía en una aparente felicidad superficial. Materialismo y relleno vital de cojines. Yo fui a esto, yo vi lo otro, yo compré algo que tú no. Aquí tumbada, con las costillas rascando en la superficie, medito acerca de lo poco que puede merecer la pena. No es espectacular y es horriblemente personal. Lo que me molesta, que se empeña en aparecer como montones de basura apilada en las puertas de los vecinos, va a ser ignorado.
Jena Malone arrastra susurros por la habitación y la botella de agua helada se condensa encima de la mesa. ¿Se desea usted colocar debajo de mis piernas? Mis uñas de los pies se lo agradecerán. Los reyes del drama hablan por teléfono a las 3 y media de la mañana. Todas las decisiones ya están tomadas. Que se vayan al infierno los demás.
Jena Malone arrastra susurros por la habitación y la botella de agua helada se condensa encima de la mesa. ¿Se desea usted colocar debajo de mis piernas? Mis uñas de los pies se lo agradecerán. Los reyes del drama hablan por teléfono a las 3 y media de la mañana. Todas las decisiones ya están tomadas. Que se vayan al infierno los demás.
6.15.2008
I try to stay awake but it's 58 hours since that I last slept with you
-Di lo primero que se te pase por la cabeza.
-El cuerpo desnudo de P.
-El cuerpo desnudo de P.
6.14.2008
Undo my back zip, please
"...siguió hablando..."
Piensa en lo poco que le importa toda esa sarta de gilipolleces. Se desdobla el bajo del vestido sobre los muslos. Hoy lleva el pelo suelto, sobre los hombros. El batido de botella de cristal sabe peor que los de envase de plástico. Es chica de vainilla. Canta mentalmente una canción de Feist. Los zapatos de verano le quedan grandes, pero se aprieta bien las cintas en los tobillos. El sol es abastecedor de buenos momentos (y de caluroso tedio.)
Teresa es sólo una más de esas chicas que pierden el tiempo dibujando sonrisas sobre los maniquíes de las revistas, tumbadas boca abajo sobre la cama, suspirando por alguna de sus amigas y pintándose constantemente las uñas de los pies. Chicas con obsesión por las medias de rayas.
La femineidad en los ojos de una no tan niña. Jugar a los papás y a las mamás mientras suspiras por una tableta de chocolate blanco.
Contradicciones con vestido de raso. Y chicos con corbata. Siempre están los chicos con corbata que se prestan voluntarios a ayudarte con el vestido.
Follar con los ojos cerrados, como si todo pasase a la velocidad de la luz. Entonces está desnuda y piensa en lo genial que sería estar en casa, acostada en su cama, con su perro labrador en los pies.
"¿Me estás escuchando?"
Piensa en lo poco que le importa toda esa sarta de gilipolleces. Se desdobla el bajo del vestido sobre los muslos. Hoy lleva el pelo suelto, sobre los hombros. El batido de botella de cristal sabe peor que los de envase de plástico. Es chica de vainilla. Canta mentalmente una canción de Feist. Los zapatos de verano le quedan grandes, pero se aprieta bien las cintas en los tobillos. El sol es abastecedor de buenos momentos (y de caluroso tedio.)
Teresa es sólo una más de esas chicas que pierden el tiempo dibujando sonrisas sobre los maniquíes de las revistas, tumbadas boca abajo sobre la cama, suspirando por alguna de sus amigas y pintándose constantemente las uñas de los pies. Chicas con obsesión por las medias de rayas.
La femineidad en los ojos de una no tan niña. Jugar a los papás y a las mamás mientras suspiras por una tableta de chocolate blanco.
Contradicciones con vestido de raso. Y chicos con corbata. Siempre están los chicos con corbata que se prestan voluntarios a ayudarte con el vestido.
Follar con los ojos cerrados, como si todo pasase a la velocidad de la luz. Entonces está desnuda y piensa en lo genial que sería estar en casa, acostada en su cama, con su perro labrador en los pies.
"¿Me estás escuchando?"
6.13.2008
SS
No queda nadie. El salón está vacío y mis pasos provocan un eco acentuado por los zapatos de tacón. Cerrando los ojos siento música en mi cabeza y el cuello se expande. La nuca me arde y tarareo una canción que nadie conoce. Sentirse especial mientras se cantan canciones adolescentes. Hay partes en esta casa en las que es preciso pasar a cuatro patas. Algún día pasaré así por encima de ti. A medida que progresa el ritmo en mi mente, el cantar se convierte en un grito.
Mamá me va a castigar cuando vea lo que hiciste con mi vestido nuevo.
Mamá me va a castigar cuando vea lo que hiciste con mi vestido nuevo.
6.12.2008
Come hit me
(4:21 en adelante)
Quedaría precioso un relato sobre nuestras pieles chocando. Pero no me veo capaz de describir por escrito la magnitud que se alcanza cuando tú me sonríes desde arriba. También podría narrar cómo apoyabas tu cabeza en mi regazo y mis dedos acariciaban todo lo que tenían cerca. Tu pelo, tus cejas, tus párpados, tus labios. Escribir sobre la felicidad que se siente cuando aspiras el olor de mi coronilla mientras yo te huelo el cuello. Las risas con desahogo, las lágrimas de plenitud, el momento de correr hacia a ti y el momento de desaparecer lentamente.
Todo lo que pueda desplegar en este espacio es y será algo tan mediocre que me niego a declarar ninguna verdad al respecto.
6.06.2008
Blue to Grey
Las mañanas de domingo en agosto son infernalmente calurosas, pero me encantan. Es genial el despertarse y ver que no estás. Es un pequeño pánico momentáneo que desaparece cuando te oigo silbar en la cocina. El olor de la mermelada de frambuesa que compras para que yo pueda desayunar (aunque casi siempre acabas mojándote el dedo en el tarro y metiéndomelo en la boca, sin tostadas). De esas mañanas, lo que más me fascina es cuando tú entras en el baño mientras yo estoy lavándome la cara y me dices eso de "Con esa camiseta te veo las bragas, sucia". Cada fin de semana me lo dices, y cada fin de semana acabo riéndome a carcajadas, sentada encima tuya en la mesa de la cocina.
6.05.2008
Dear
Esta pequeña nota fue escrita en un ejercicio de honestidad y sirve para avisarte de que me he ido a casa a comer.
Anoche fue genial y quiero agradecerte mi pequeño orgasmo. Por cierto, no vuelvas a llevarme a tomar "algo" a ese antro de la calle López Escribano. No hay más que putas en esa calle. Merodean tiñéndolo todo de un rojo inaguantable. En realidad no son putas, sino señoras con sombrero. Tampoco llevan sombrero pero deberían hacerlo, que es más elegante. La próxima vez, cógeme de la mano, que quiero que todas esas putas vean que eres mío. Vale, no volveré a llamarlas así. Ni que te importase. ¿Te fijaste en mis uñas? Las pinté de azul. Ya sé que no te gusta que me las pinte, ni que me ponga rímel. Estoy harta de oírte decir que soy la puta más puta de todas las putas en esta ciudad plagada de ellas. Y yo me alegro. Me complace anunciarte que me importa un soberano pimiento.
Espero que mueras pronto.
Atentamente,
V.
Anoche fue genial y quiero agradecerte mi pequeño orgasmo. Por cierto, no vuelvas a llevarme a tomar "algo" a ese antro de la calle López Escribano. No hay más que putas en esa calle. Merodean tiñéndolo todo de un rojo inaguantable. En realidad no son putas, sino señoras con sombrero. Tampoco llevan sombrero pero deberían hacerlo, que es más elegante. La próxima vez, cógeme de la mano, que quiero que todas esas putas vean que eres mío. Vale, no volveré a llamarlas así. Ni que te importase. ¿Te fijaste en mis uñas? Las pinté de azul. Ya sé que no te gusta que me las pinte, ni que me ponga rímel. Estoy harta de oírte decir que soy la puta más puta de todas las putas en esta ciudad plagada de ellas. Y yo me alegro. Me complace anunciarte que me importa un soberano pimiento.
Espero que mueras pronto.
Atentamente,
V.
6.03.2008
I'm looking for a title to use in my quick blog update
Perdimos la pista hace millones de años. No nos dio demasiada pena cerrar las carpetas archivadoras y enterrarlas entre cajones llenos de polvo. Era demasiado redundante seguir dándole vueltas a algo que había perdido todo sentido. Echamos la llave al almacén y nos fuimos a la cama. Dormimos 6 horas y, al día siguiente, estrenamos otro archivador marrón, áspero. Una oficina llena de casos perdidos y sin rastro de lástima alguna.
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